Era un país de enanos que vivían en paz y armonía hasta que un buen día aparecieron dos gigantes, uno de cabello amarillo y otro de cabello castaño.
El poder de sus grandes brazos y piernas y sus miradas mal intencionadas amedrentaron rápidamente a todos los enanos. El miedo se adueñó de ellos y dejó paso a un abuso sin límites. Los enanos empezaron a vivir para los gigantes: les construyeron castillos, los alimentaban y sacaban piedras preciosas de las entrañas de la tierra para satisfacer su codicia...
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